Domènec Corbella Llobet
Las funciones cognitivas y la nueva manera de entender la pintura
Si estamos de acuerdo, que la pintura es un proceso creativo activo en lugar de pasivo, sujeto a la captación de estímulos sensoriales y percepciones en constante transformación, hasta hallar una determinada respuesta estética eficiente, podemos constatar que una cosa es ver y otra comprender. Dicho de otro modo, no se pinta únicamente con los ojos, sino también con el cerebro, experiencia que ha popularizado la máxima: la pintura es cosa mental, expresada por artistas como Leonardo da Vinci, Duchamp o Picasso entre otros.
El mundo del arte i de la pintura en particular, considerada blanda por su carácter subjetivo experimental, no está tan lejos de la experiencia pura y dura del laboratorio científico. Cada vez son más los científicos que sienten curiosidad y se acercan al mundo del arte para investigar la parte visual del cerebro, como el neurocientífico Semir Zeki, quien desveló que el color, en la realidad no existe, sino que se forja en una parte concreta de nuestro córtex cerebral, para darnos cuenta de la importancia de sus funciones cognitivas en la creatividad pictórica. Así mismo, la gestación y configuración pictórica requiere cada vez más del laboratorio o lugar de análisis de los estímulos cognitivos, que nos pueden trazar nuevos caminos para llegar a la pintura.
Planteamos una metodología sustentada en los postulados que parten de la neurociencia y psicología cognitiva, basados en la exploración introspectiva, identificación, y reconocimiento consciente que para nuestro organismo tiene su entorno, cuya aprehensión nos faculta para desarrollar un proceso constructivo y creativo a través de la pintura. Las funciones cognitivas, no solo se perfilan como una nueva manera de entender la conducta humana, como ha reconocido la psicología, sino a la vez, nos permiten entrar y entender una nueva dimensión más pura y auténtica de la pintura.
(13.1.2015)